[Educación Inclusiva]exámenes orales o escritos

[Elisabeth Díaz]

Hola a todos de nuevo.

 

Me gustaría también opinar sobre este tema pero lo he separado del anterior
por considerarlos diferentes.

 

Creo que los exámenes orales y escritos nunca son iguales ni miden las
mismas cosas, lo he tenido claro tanto como alumna en su momento como ahora
como profesora, de hecho yo selecciono unos u otros para mis alumnos en
función de lo que quiero calificar.

 

Dicho esto, creo que en mi vida académica, sobre todo a partir de BUP, el
ochenta por ciento de los exámenes los he hecho orales, sobre todo porque
antes tampoco había tantas facilidades como ahora de utilizar ordenadores,
Pendrives, etc.

 

En cuanto a si nos benefician o perjudican con respecto a nuestros
compañeros que los realizan escritos, creo que hay un compendio de ambos
aspectos que paso a enumerar y a dar mi opinión.

 

Aspectos que nos perjudican cuando hacemos un examen oral:

Se requiere un menos tiempo de reacción entre la pregunta y la respuesta (a
pesar de que te dejen pensar, los silencios teniendo a alguien delante de
manera muy prolongada resultan tensos).

No puedes volver atrás sobre la respuesta ya dada

No se elabora de igual modo la información, el alumno no utiliza tantos
términos técnicos, tampoco es capaz de realizar un análisis en la misma
profundidad y sistematicidad…, todo esto porque juega en contra el factor ya
mencionado de la escasez de tiempo para pensar o procesar la información
antes de plasmarla.

En ocasiones los exámenes son radicalmente diferentes que los del resto de
compañeros; por ejemplo, en muchas ocasiones a mis compañeros les realizaban
un examen escrito tipo test y a mí el mismo examen a desarrollar de manera
oral por lo que claramente no se mide lo mismo.

En el caso de los exámenes tipo test leídos por el profesor, aunque el
alumno pida que se le vuelva a leer la pregunta, la “vergüenza” hace que no
lo solicites todas las veces que quisieras, por lo que no tienes las mismas
posibilidades de revisar las preguntas tantas veces como te gustaría. Ni que
decir tiene también que el procesamiento auditivo de la información es
distinto al procesamiento escrito y en un examen tipo test debes escuchar,
retener la pregunta, las distintas opciones y además tener la capacidad de
responder, por lo que se exige un esfuerzo cognitivo mucho mayor que al
resto.

 

Cosas que nos benefician:

En general, no se exige el mismo nivel de profundidad en las respuestas. El
profesor sabe de la dificultad de llevar a cabo este tipo de exámenes por lo
que es en ocasiones más flexible con la cantidad de información aportada, lo
que evidentemente no nos equipara al nivel de exigencia del resto del
alumnado (aquí la discusión podría ser que nosotros hemos estudiado de
manera similar por lo que conocemos todo el contenido, pero lo cierto es que
por mucho que lo conozcamos se permiten más los “lapsus”, “errores” o falta
de concreción).

El tener una persona delante en una relación bidireccional directa hace que
haya una retroalimentación, verbal y no verbal, que en otros casos no
existen. Es frecuente que el profesor, aunque quiera evitarlo en un
principio, “ayude” al alumno con algo tan sencillo como decirle “Vas bien”,
“¿No crees que te falta algo”? y frases similares que ayudan a completar la
respuesta o a acceder a información que en principio se podía haber
olvidado.

 

Bueno, en resumen esto es todo lo que se me ocurre, reitero que bajo mi
punto de vista y en función de mi experiencia en ambos lados de la docencia,
seguro que hay más aspectos que ahora se me escapan y que podemos
complementar entre todos.

 

Un saludo

 

Eli

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